sábado, 17 de enero de 2009


Adulada por la mayor parte de la crítica y venerada casi ritualmente por toda una generación de fascinados cinéfilos que por medio de ella llegaron, como un ritual, al feliz descubrimiento del sexo, Marilyn, a pesar de su desigual filmografía y el hecho de no haber estado nunca nominada para el Oscar, fue mucho más lejos que la mayoría de las estrellas de cualquier época.

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