sábado, 28 de marzo de 2009

Telam Telam S.E. 26/03/2009 13:47:01 Marilyn monroe como una metafora en libro de laura yasan (parte II)



"Todo nos cuesta una moneda extra, pero sabemos mucho de crisis, mantenernos a flote y remar. Hay que pelear el doble por un lugar en el mundo, adaptarse a nuevas condiciones, negociar cada día lo que se suponía ganado. En la crisis es la mujer la que saca el hogar adelante, la que contiene, la que convoca, la que para la olla", escribe.
Yasan traza el mapa del desamparo en un territorio habitado por ciudadanos en caída libre: "hundo cada mañana los dedos en la mierda/ buscando una razón para vivir/ y fracaso y lo hago/ y fracaso/ y lo hago (...) Escribo sobre la carencia, la desolación -dice- es lo que me mueve y conmueve; las voces tapadas por el ruido atronador del tránsito".
Y como siempre hay una esperanza, al referirse al anhelo como contracara del infortunio, alega: "El deseo es una máquina que trabaja noche y día, y que me genera permanentes cuestionamientos".
Otro dato es que sus textos se mueven en la cuerda del sarcasmo: "Mi primer novio era bombero/ nos conocimos en un incendio/ tenía una profunda vocación de rescate... le era imposible mantener una llama".
Y ella misma asegura que: "Pienso siempre en un registro irónico, soy cínica, escéptica y fatalista; humor y compromiso no tienen por qué ir por carriles separados, hay que saber reírse de uno mismo. El humor es sanidad mental".
Esta marca de lenguaje despojado, tensado con locuciones populares y fraseo callejero, va de la mano del cuidado de las imágenes. Un ejemplo podría ser un texto con aire de haiku: "yo te entregué una joya diminuta/ un zafiro escamado en el cuerpo de un pez/ y lo dejaste/ caer en las cosas que pasan".
Su poesía, no exenta de originalidad en el plano local, es un entramado entre locuciones populares e imágenes talladas con delectación entre el fatalismo discepoliano, la orfebrería de Olga Orozco y el imaginario del Indio Solari. Por ello la poeta se reconoce en la oralidad de la calle.
Tras señalar que escribe como habla, "un porteño medio reo, arrabalero", cuenta que sus abuelos hablaban una mezcla de idish y lunfardo "Mi poesía nace de frases de la calle; luego se me arma un collage en la cabeza con las imágenes del subte o del súper de los chinos. No me emocionan esos textos donde el poeta muestra la tinta y esconde el cuerpo. El lenguaje es algo vivo".
Sobre las diferencias entre "La llave Marilyn" y sus libros anteriores, concluye: "Es diferente, más directo, descarnado, con la muerte como núcleo e idea fija del personaje. Además, todos los poemas responden a una unidad temática, no me lo propuse así, pero la forma se impuso". (Télam).-

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